Estimad@s colegas,
Buen día.
Tengo el agrado de comunicarme otra vez con Uds., y hacerles llegar la siguiente reflexión.
Resulta que hace tan sólo unos días, en los medios de Argentina, sean a favor o en contra, se publicaba la noticia que se había erigido una estatua del ex presidente Néstor Kirchner, y que fue su esposa, la actual presidente del país la que asistió a Ecuador a la inauguración de la misma.
Independientemente del eco de la noticia, de los comentarios a favor o en contra de la misma, lo que costó o su apreciación artística o de su fabricante, me interesa el efecto que la misma pudiere generar o bien el motivo por el cual la misma se ha confeccionado y lo que se intenta con ella.
A saber, las noticias y comentarios:
Como sabemos, Néstor Carlos Kirchner fue el primer Secretario General de la UNASUR, desde el 4 de mayo de al 27 de octubre de 2010, que falleció. Si bien haber sido el primero en su cargo lo faculta para ser así recordado, la pregunta que nos hacemos es: ¿Para qué sirven las estatuas?
Acompaño la cita de Moro que es atinente a la pregunta:
"Los utopianos no se contentan con alejar el crimen por medio de leyes penales. Estimulan a la virtud con honores y recompensas. A ésto se debe, sin duda, la erección de estatuas de hombres célebres y beneméritos de la patria en las plazas públicas. Así se perpetúa la memoria de sus gestos, y la gloria de los antepasados es un constamte acicate e incitación para sus descendientes."
(Moro, Tomás, Utopía, Gradifco, 2004, p. 95).
Para adentrarnos en la cuestión, cabe mencionar que la escultura en bronce es la forma típica de la escultura en soporte metálico desde el arte antiguo, una aleación de cobre y estaño de gran dureza y ductilidad, que tiene una mínima expansión y contracción al fundirse y solidificarse, le hace especialmente adecuado para la realización tanto para pequeñas estatuillas como para grandes esculturas macizas.
El material en cuestión tiene una desventaja notable, el valor intrínseco del material y su posibilidad de reciclado, en la antigüedad se han fundido para fines utilitarios (sobre todo para armamento) ha causado que conserven muy pocas, e incluso algunas de las contemporáneas son robadas y fundidas.
Se entiende por estatua a la obra escultórica elaborada a imitación del modelo natural que se retrata, generalmente. En este caso, la estatua es sensiblemente más grande, ya que el ex presidente Kirchner medía 1,91 m de altura, mientras que su escultura es de 2,25. La misma por su apariencia se denomina propia, ya que el sujeto se encuentra de pie, y por su gran tamaño pudiere denominarse como coloso.
Desde ya las estatuas conservan su simbología, y en similitud con las estatuas del Antiguo Egipto que representan a dioses, personajes vivos o fallecidos, en actitud estática, se pensaba que poseían parte del espíritu (el "ka") del representado en las mismas.
Las estatuas sirven para homenajear a personajes importantes en la historia de la humanidad, vivos o muertos, hasta inexistentes. Por lo que hay de San Martín, de Einstein, de reconocidos héroes locales, caídos en guerras, mismo de Cantinflas, también personajes ficticios de caricaturas o películas, y hasta de quienes con el correr del tiempo se les ha retirado su categoría de héroes, para ser seres transeúntes de la historia o hasta convertirse en traidores, tiranos o genocidas (Ejs. En nuestro país las estatuas de Roca, Colón, y en otros países, como la de Reagan, Lenin, Sadam, entre otros). Ya saben que: "Mueres siendo un héroe, o vives lo suficiente para convertirte en villano".
Por lo leído y comentado en este posteo, podemos llegar a la conclusión que las estatuas no pueden ser impuestas al pueblo, independientemente de quién se trate, y el claro ejemplo es que más de una estatua fue hecha incluso con llaves que la ciudadanía dona para poder hacer el monumento en cuestión. Queda claro que la estatua cobra un valor extra, pues nace por iniciativa del pueblo mismo y con los donativos se logra hacer el homenaje en bronce de la persona admirada.
Espero les haya interesado el tema, un cordial saludo.
Damián R. Pizarro
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