Estimad@s colegas,
Buenas tardes.
Esta vez nos dedicamos unas líneas al PADRE DE LA PATRIA, uno de los pocos patriotas argentinos de reconocimiento unánime, aún por adversarios británicos, espías norteamericanos y mensajeros de países con conflictos bélicos pasados: José Francisco de San Martín y Matorras (nacido en Yapeyú, el 25 de febrero de 1778, y falleció lejos de su tierra en Boulogne sur Mer, el 17 de agosto de 1850. Uno de los más importantes militares, aunque también político, y una "víctima" de su país.
Cuando la Patria esta en peligro todo es lícito, menos dejarla perecer.
...Para defender la causa de la Patria no hace falta otra cosa que orgullo nacional...
La guerra la tenemos que hacer del modo que podamos. Si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos han de faltar. Cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con las bayetitas que trabajan nuestras mujeres, y sino andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios.
Seamos libres, que lo demás no importa nada.
(En La campaña Libertadora).
Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan: divididos seremos esclavos; unidos, estoy seguro de que los batiremos; hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra de honor. Mi sable no saldrá jamás de la vaina por opiniones políticas; usted es un patriota y yo espero que hará en beneficio de nuestra independencia todo género de sacrificios…
(Carta a Estanislao López - 1819).
La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, no le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta cuanto es creada para conservar el orden , afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares. La patria no es abrigadora de crímenes.
Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestro disgustos me llega al corazón. Paisano mío, hagamos un esfuerzo y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieren atacar nuestra libertad. No tengo más pretensiones que la felicidad de la patria.
(Carta a José Gervasio de Artigas - Capdevilla, Arturo."El pensamiento vivo de San Martín. Bs.As. Edit. Losada 1957)
Les recomendamos la lectura de esta web: http://www.lagazeta.com.ar/libertador.htm
Algún día nos daremos cuenta que fueron pocos los próceres que eligieron morir en tierra ajena por dolor, y muchos que se han enriquecido llevando nuestros pesos a paraísos fiscales.
Honremos a los que nos honraron, pidamos lo imposible. Que los políticos nos honren: La patria no es abrigadora de crímenes.
Un fuerte abrazo,
Damián R. Pizarro
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