Buen día.
Un buen día para hablar de algo que preocupaba a muchos, movilizó a pocos y quizás podemos a través de este posteo aliviar a unos tantos... al menos por ahora.
A unos meses de iniciado el 2014, los diarios indicaban, y más precisamente el más oficial de todos, el boletín oficial, el llamamiento a licitación desde el gobierno porteño para avanzar en la aplicación de lo que conocemos como VTV obligatoria.
Pero... ¿Qué es la VTV?
Se trata de la Verificación Técnica Vehicular, que se entiende obligatoria, y como se indica, para todos los vehículos de más de tres años de antigüedad (o menos si alcanzaron los 60.000 km), con un período de validez (que requerirá renovación) de dos años.
¿Cuál es su razón de ser? ¿Qué se verifica?
La respuesta que puede venir a nuestras mentes, rápidamente, quizás estamos ante otra oportunidad que el Estado, en este caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, recaude unos cuántos pesos para afrontar un álgido año, aquejado por la inflación o el aumento desmedido de algunos precios (ya hablamos de esto), de elecciones, y muchas obras por delante...
Volviendo a su razón de ser, el mismo implicará la verificación del sistema de suspensión; dirección y tren delantero; chasis; neumáticos; luces; estado general del vehículo; frenos; emisión de gases; nivel de ruido, y del sistema de seguridad y emergencia.
Después de la tormeta, llega el alivio.
Pero fue un punto de partida, un llamado a licitación que indicaba que la apertura de ofertas sería el 30 de julio, y que en enero de 2015 comenzaría a funcionar.
Más de 200 pesos para autos y 80 para motos, se hacían saber sus tarifas, pero como todo, tiene su historia.
Ya que en 1995 fue promulgada la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449, y en ella se establecía que todos los distritos del país debían implementar la VTV, aunque no fue acatada dicha prescripción, sino hasta en el año 2006 la Ciudad sancionó su ley, no obstante seguía sin implementarse a nivel general.
En la actualidad, la VTV rige en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Río Negro y Neuquén, y al momento sólo se aplicaba en CABA para taxis, remises y transportes escolares.
La nueva normativa estableció que a partir de Enero de 2015, los vehículos también particulares deberán cumplir con la prescripción, y de no cumplirse con tal requisito, y si se lo detuviera en la calle y se detectara que no cumple con éste, y la autoridad entendiere que implica un peligro para la circulación, el vehículo será retenido. Diríamos: ¡A VERIFICAR SE HA DICHO! Pero, no.
En la actualidad, la VTV rige en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Río Negro y Neuquén, y al momento sólo se aplicaba en CABA para taxis, remises y transportes escolares.
La nueva normativa estableció que a partir de Enero de 2015, los vehículos también particulares deberán cumplir con la prescripción, y de no cumplirse con tal requisito, y si se lo detuviera en la calle y se detectara que no cumple con éste, y la autoridad entendiere que implica un peligro para la circulación, el vehículo será retenido. Diríamos: ¡A VERIFICAR SE HA DICHO! Pero, no.
Norma posterior...
La resolución 801 de la Subsecretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires estableció que los autos particulares estarán exentos hasta tanto se implementen los establecimientos específicos para tal cometido, y éstos estarían listos recién a partir de 2016.
Por lo que esperaremos...
Por lo que esperaremos...
Una de cal... y una de tierra encima.
Por la misma resolución, se ajustaron los valores indicados. Y, si bien en principio estaba previsto que cada auto pagara $207, se incrementó el costo a $377, y las motos, que iban a pagar $80, ahora deberán pagar $142.
Una vez más... queda claro que lo que importa es la seguridad vial... ¿no?
Saludos,
Por la misma resolución, se ajustaron los valores indicados. Y, si bien en principio estaba previsto que cada auto pagara $207, se incrementó el costo a $377, y las motos, que iban a pagar $80, ahora deberán pagar $142.
Una vez más... queda claro que lo que importa es la seguridad vial... ¿no?
Saludos,
Damián R. Pizarro
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