martes, 30 de julio de 2013
UNA VIDA DE SOLO, ACOMPAÑADO...
Estimados/as,
A minutos de dedicarme a un trabajo que me llevará largos ratos de compañía bibliográfica, se despierta la siguiente cuestión, y de no escribirla aquí, seguirá rebotando...
Hay quienes piensan que un estudiante, o académico, de un cursante de doctorado, doctorando, o jurista, además de cargar con la irremediable intención de generar un cambio en la vida, en la ciencia o el arte, también lleva a cuestas una inconmensurable soledad.
Largas mañanas de estudio, tardes de sol tras un velo, noches de ecos, dolores de cabeza, y cafeína... todos sinónimos, o al menos términos circundantes, de la noción de unicidad. Eso que nos hace solos y solas del estudio y la lectura, años dedicados a letras de otros nos hacen lo que somos y queremos ser.
Pero tan así no fue, en estos años pude conocer excelentes compañeros, amigos, simples conocidos, colegas de banco, admirados y admirados, sea en Integración, Constitucional, en Familia, en el Ciclo Básico o ya en el Doctorado. Algunos se mantienen, otros quedaron en el camino, sean respetados desertores o simplemente decidieron darnos otra mirada del mundo, desde la administración o desde el video o las artes, pero todos conformando distintos espacios de intercambio y esparcimiento.
Todos esos espacios, que sólo ocuparon bibliotecas, archivos de word, y algo tan banal como el tiempo mismo... no deja de darnos el lugar y el momento para los nuestros, esposa o esposo, hijos/as, hijos-perros, padres, madres... tutores o encargados...
Con profundo agradecimiento a los incondicionales.
Saludos cordiales,
Damián R. Pizarro
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